NI PARA EL BICENTENARIO SE PONEN DE ACUERDO

Nota publicada por La Nación | Lunes 5 de abril de 2010 |
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Editorial II

TIRONEOS POR EL BICENTENARIO

Los gobiernos nacional y porteño parecen no estar dispuestos a conciliar sus respectivos festejos en la ciudad
Falta poco más de un mes para la magna jornada en que el país habrá de celebrar el Bicentenario de su emancipación. A pesar de su inminencia, los gobiernos nacional y de la ciudad de Buenos Aires siguen dando el mal ejemplo de su sorda disputa en torno del protagonismo de esos festejos.
Desde la Casa de Gobierno fue hecha pública la intención de declarar feriado el 24 de mayo. Al margen de que se le infiere otra herida al aparato productivo, no se ha reparado en que la disponibilidad de cuatro días festivos movilizará el éxodo del turismo y despoblará a la ciudad de Buenos Aires, justamente el centro de los festejos de este desvaído Bicentenario. Además, desde Bolívar 1, sede del gobierno local, se le reprochó a la Nación que aún no le haya remitido a la ciudad la parte proporcional de los recursos asignados a las provincias para financiar su participación en esos festejos.


Ni siquiera la avenida 9 de Julio alcanzaría para darle cabida a las propuestas encontradas de los unos y los otros. La ciudad ha tenido que anticipar la reapertura del Teatro Colón, en principio prevista para el 25 y ahora adelantada un día, porque proyecta instalar sobre aquella arteria una suerte de platea con 10.000 asientos; al margen, alentaba la intención de efectuar un encuentro coral con asiento en ese mismo lugar. Todo ello a pesar de que el gobierno nacional también pretende ocupar la avenida, desde Corrientes hasta Belgrano, con el denominado Paseo del Bicentenario, en el cual, según se anuncia, habrá cabida para todos los distritos provinciales del país. También, la Nación propone un gran "desfile artístico" por la Avenida de Mayo. No es osado inferir que el gobierno autónomo pudiese tener sus propios planes para ese peculiar retazo porteño.
Ni los unos ni los otros han hecho pública la más mínima referencia a darle participación a nuestras Fuerzas Armadas en los actos celebratorios del Bicentenario. Rencores por un lado y desconocimientos por el otro se conjuran en quienes se empeñan en ignorar que, precisamente, tres de los miembros de la Primera Junta de gobierno eran militares y que apenas cuatro días después del 25, ese organismo dispuso convertir a las unidades milicianas locales en fuerzas de línea, dándole el número 1 al entonces Tercio de Voluntarios Urbanos Patricios de Buenos Aires.
No será fácil que haya acuerdo entre dos jurisdicciones sometidas por imperio constitucional a mantener convivencia tan superficial cuanto forzosa, y nada proclives a hacerse mutuas concesiones, incluso aunque sus cuestionamientos giren en torno del magno aniversario de una de las dos fechas símbolos de la patria y configuren un auténtico papelón.